miércoles, octubre 24, 2007

Ángeles jugando

Tengo la cámara estropeada y no pude inmortalizar el gran momento del lunes por la tarde (aunque igual el flash lo hubiese estropeado todo). Durante casi una hora, mis dos hijos, Pedro y Diego, jugaron juntos por primera vez. Al principio me asusté un poco porque no se les oía y me acerqué con sigilo al garaje, que era donde estaban jugando. Y allí los vi, jugando tranquilamente con un tren que su padre les había montado el día anterior. Por no romper la magia del momento, me di la vuelta sin que me vieran y me marché a seguir haciendo mis cosas, aunque el primer impulso fue ir corriendo a darles un abrazo.

Todas las parejas con dos hijos ya me habían hablado de que, para mi buena fortuna, esto ocurriría tarde o temprano, y más con hijos del mismo sexo. Pero, después de mil riñas al pobre Pedro porque molestaba a su hermano mientras que el pobre Diego se alejaba espantado y llorando, pensé que ese momento no iba a llegar nunca. ¡Pero llegó! Y fue fantástico verlos pasar juntos un ratito de diversión compartida sin peleas ni gritos. Pero lo mejor de todo fue el ratito de paz y tranquilidad que disfruté yo. Ojalá tenga más tardes así. Ah, y ellos también, claro...

3 comentarios:

Susana dijo...

Me encanta! Estoy deseando verlo el sabado cuando les atiborremos a arroz con leche :-) Llevo unas croquetas tambien... Pero, que hago dejandote mensajes de este tipo aqui? Que me ha encantado la entrada, y que aunque no lo hayas recogido con la camara, seguro que lo tendras nitido en la retina y en la memoria el resto de tu vida.

Conchita dijo...

Si hija mía, a veces, no muchas, pasa. Así que disfruta de estos pequeños momentos y reza para que no terminen en -¡Mamá! Miguel me ensenó la lengua del centro.

Siento ser un poco negativa

Maite dijo...

Jijiji... la lengua del centro, no me acordaba...