lunes, diciembre 29, 2008

Luces de Navidad




No hay nada más típico en este país por Navidad, aparte del arbolito y el Santa Claus, que las luces y decoraciones de las fachadas y jardines de las casas. Y nosotros no íbamos a ser menos, claro. Este año hemos tardado un poco más que el resto del barrio en ponerlas pero ha merecido la pena, sobre todo porque nos las han colocado con mucha ilusión y mucho amor.

Por supuesto, nuestras luces son modestas y sencillas, nada que ver con las de algunas casas que se ven por nuestra calle o por otros barrios. Si las ves de lejos, llaman la atención por la cantidad de luces que hay y te puede parecer hasta bonito. Sin embargo, cuando te acercas y ves que lo que la gente ha expuesto en el tejado y jardín te das cuenta de que es una exageración sin medida y una horterada sin precedentes.

Hay luces en los árboles, portales de belén en el césped, muñecos de nieve gigantes y hasta carteles que nos avisan cuántos días quedan hasta Navidad o la dirección que hay que tomar para llegar al Polo Norte. Está el Grinch de Dr. Seuss, el que casi roba la Navidad en un cuento y luego en la película de Jim Carrey, Papá Noel en un avión inflable y tampoco faltan los renos de alambre con luces, a los que se le mueve la cabeza de arriba a abajo al ritmo de las típicas canciones navideñas americanas (Rudolph the Red Nose Reindeer, Santa Claus is Coming to Town, Jingle Bells...).

Las fotos que he sacado no capturan todo el "esplendor" de las decoraciones navideñas de algunas de estas casas. Primero porque yo no soy fotógrafa y segundo porque no cabe todo lo que el ojo ve en una simple foto: en nuestra calle se han unido tres vecinos y han montado un tinglado que sólo se podría reflejar en una foto panorámica. Digno de ver, la verdad, así que ojo con los Papá Noeles que escalan los edificios en España porque, seguramente, dentro de unos años se verá allí algo parecido a lo que se ve aquí por Navidad.

jueves, diciembre 04, 2008

miércoles, noviembre 26, 2008

Acción de Gracias


El cuarto jueves de noviembre se celebra el día de Acción de Gracias (Thanksgiving). La historia cuenta que 102 hombres, mujeres y niños ("pilgrims", no puritanos) salieron de Inglaterra para subirse al Mayflower rumbo al nuevo mundo, donde buscaban libertad religiosa. El viaje fue duro así como el primer invierno en Plymouth, Massachusetts, donde establecieron su colonia. Murieron muchos en el camino y muchos otros no lograron superar el duro invierno y la escasa comida. Dice la historia que, pasados unos meses, los puritanos conocieron al indio Squanto y su tribu, que les enseñaron a pescar, cazar y plantar maíz. Con su ayuda, los "pilgrims" salieron adelante y, tras recoger la primera cosecha, decidieron celebrar el éxito con una gran fiesta para dar las gracias a dios y a los indios por sus bienes. (Cosa que ahora resulta bastante irónica porque más adelante en la historia, los americanos se cargaron a la mitad de los indios del país...).



Hasta hoy se sigue celebrando esta fiesta/almuerzo/cena y tiene más importancia incluso que la nochebuena. La mayoría de las familias hace el esfuerzo por reunirse en esta fecha más que en navidad y los aeropuertos y carreteras se colapsan como si fuera una operación salida para un puente largo en España.



Una vez reunidos, se come pavo relleno (al relleno se le llama "stuffing" y puede ser de pan, carne o lo que a uno se le ocurra) con salsa de arándanos, papas en cualquier forma o estilo (pero casi siempre puré de papas), maíz, batata o boniato y pastel de manzana y/o de calabaza. En resumen, una representación de toda la comida que disfrutaron los pilgrims y los indios en la primera celebración de Acción de Gracias.


Nosotros vamos a intentar integrarnos en la cultura americana y hemos querido celebrar Acción de Gracias a nuestra manera. Hoy nos reunimos con varias parejas de amigos para intentar imitar esta tradición a ver cómo sale. Más que nada, es una excusa para reunirnos con otros españoles así que, entre el pavo y el maíz, seguro habrá una buena sangría.

viernes, noviembre 07, 2008

Elecciones


Hace dos martes vivimos uno de los días más emocionantes de la historia de este país. En plena crisis económica y financiera, metidos hasta el cuello en dos guerras y con la mayor tasa de desempleo en décadas, este país estaba desesperado por elegir a su nuevo presidente, al nuevo super héroe que los saque de este lío en el que los metió el anterior presidente (el presidente más "impopular" en la historia de EEUU, dicen aquí).


Al ganar Obama, no se hablaba de otra cosa: ¡el primer presidente norteamericano negro! (Bueno, afroamericano, hay que decir aquí, para ser políticamente correctos). Fue increíble ver a toda la población afroamericana llorar de alegría y de emoción, entre ellos al senador Jesse Jackson y la famosa y millonaria presentadora de televisión Oprah Winfrey. Pero más increíble todavía ver que en el discurso de agradecimiento que dio McCain al perder no había ni un sólo afroamericano entre el público. Y lo más emocionante de todo, oir las entrevistas a gente que decía que nunca pensaron que llegarían a ver a un presidente negro.


Su campaña electoral, dicen todos los expertos políticos aquí, ha sido la mejor de la historia de las elecciones americanas. Según ellos, el secreto del éxito de la campaña estuvo en los miles de voluntarios que trabajaron de puerta en puerta y de llamada en llamada consiguiendo votos para su futuro presidente. También contribuyó al éxito los votos de mucha gente joven, harta de la política "impopular" de Bush.


Aún así, mucha gente aquí no le da tanta importancia al hecho de que el presidente "electo" sea negro. La mayoría de los que le votaron está más emocionado por el cambio que supone tener a un presidente joven, más liberal e, incluso dicen muchos abiertamente, más inteligente que Bush.

Muchos otros opinan que lo hará igual de bien que Clinton (pre Lewinski) o que sacará al país de la crisis de la misma manera que lo hizo Roosevelt en su momento. Sea lo que sea y lo haga como lo haga, ya está considerando cerrar Guantánamo, nombrar a Hilary Clinton Secretaria de Estado, y concertar una charla con McCain con vistas a arreglar la economía del país.


Mientras tanto, los americanos desesperan. General Motors está en la quiebra, Citigroup, el segundo banco más grande de EEUU, va a despedir a 60,000 personas y la gente se pregunta qué pasa en Main Street (el pueblo llano) cuando las cosas van mal en Wall Street. ¡Pero Obama es presidente! Todavía queda esperanza de poder salir adelante. Después de todo, en este país puede pasar de todo. Sólo hay que soñarlo.

domingo, noviembre 02, 2008

La partida


- ¡Pero qué pronto has venido! - exclamó ella.
- Sí, es que tenía muchas ganas de verte. - contestó él, abrazándola fuerte.
- Yo también te echaba de menos, la verdad. ¿Qué tal el viaje? ¿Tienes hambre? ¿Te apetece comer algo? - le preguntó, siempre complaciente, ella.
- No, no tengo hambre. Llevo pensando todo el camino que me apetece jugar una partida de Scrabble. ¿Quieres?
Los dos se sentaron en la mesa del comedor y sacaron el tablero y las fichas. Él se levantó para ir a buscar el diccionario, que tantas veces usaban cuando surgían dudas o palabras inventadas por alguno, y ella puso una botella de agua al lado de los cigarrillos de él. Y se sentaron a jugar.
De vez en cuando, él la miraba a ella de reojo, su cara concentrada en buscar la palabra de siete letras y así llevarse los cincuenta puntos de un golpe, y sonreía. En los momentos en los que él miraba el tablero a la misma vez que encendía su cigarro, ella le regañaba,
-¿Otro? Ya llevas muchos esta tarde.
En un momento aburrido de la partida, ella extendió la mano por encima del tablero y le acarició el brazo. Él levantó la vista, la miró y sonrió levemente.
- Qué bien que hayas venido.
- Sí, ya te lo dije antes, tenía muchas ganas de verte.
Bajaron la mirada para volver a concentrarse en las letras y el tablero y continuaron jugando su partida de Scrabble.

lunes, septiembre 29, 2008

Crisis


No entiendo mucho (por no decir nada) de economía pero sí veo lo que está sucediendo en este país en estas últimas semanas. Empresas en bancarrota, planes de rescate financiero y bancos que se hunden en deudas es de lo único que se habla ahora en este país. Y es que la gente está preocupada, temen que se repita la crisis del 29 y que vayan a perder sus ahorros o que, como contribuyentes, tengan que pagar las deudas de las empresas que compra el gobierno.


Mientras tanto, las elecciones están a la vuelta de la esquina y tampoco se habla de otra cosa. Por un lado McCain, una copia de Bush (aunque él se empeñe en demostrar lo contrario) y por otro, Obama, el primer afroamericano que más se ha acercado a la presidencia. Muchos hablan de la ignorancia de Palin, la aspirante a vicepresidenta (y mamá convertida en política) y otros de la inexperiencia de Obama. Y, tristemente, muchos otros coinciden en que la mitad de América no podrá soportar tener a un presidente negro.


Así que esto es lo que hay en el ambiente en estos días. Yo pongo la radio nacional de aquí (http://www.npr.org/) e intento ver qué lado defienden. Claramente, están de lado de los demócratas pero es muy sutil la tendencia. De todos modos, nunca dejan de interesarse por los republicanos y a veces me pregunto si realmente no saben de qué lado están o si están medio perdidos, como lo está la mayoría del país.


Así que a ver qué pasa. Con el plan de rescate medio cosido rapidamente con un hilo y una aguja barata, todos esperan que la crisis se solucione lo antes posible. O estalle, quién sabe. Y la mayoría confía en el gran héroe que será el próximo presidente, que, creen todos, será de capaz de poner orden en semejante caos financiero.

martes, septiembre 23, 2008

From Vídeos

Ya empieza a hacer frío por las noches, o por lo menos en esta casa (que es de los años cuarenta y nunca le han hecho una reforma). Así que los niños se tienen que poner pijama largo porque se destapan por las noches. Esta es la reacción de Diego, que ya está empezando a imponer su voluntad en esta familia. (Esto es un vídeo, por cierto).

martes, septiembre 09, 2008

Sensación de Vivir







No me lo puedo creer. Dije que no iba a caer y he caído. Pensé, "Tú ya no estás para perder el tiempo con tonterías, Maite". Pero sí, he encontrado una horita en el día de hoy (¡con todo lo que tengo que hacer en casa y para el cole!) para tragarme, enterito, sin digerir, sin anuncios y con los ojos bien abiertos, el primer episodio de la nueva versión de Sensación de Vivir, 90210. Lo más lamentable de todo: en esta nueva versión me parecen monísimos ¡los que hacen de padres y profes! La serie, una porquería.


Cambiando de tema a algo un poco más serio, mañana es 11 de septiembre. Se cumplen siete años desde el ataque a las Torres Gemelas y el Pentágono y los americanos honran a sus muertos de mil maneras. Entre ellas, la del minuto de silencio que todos los españoles desafortunadamente conocemos tan bien. En el cole será lo que hagamos, ya lo dijo el director, y la bandera de la entrada al colegio se quedará a media asta todo el día. Dicen que les expliquemos a los alumnos qué día es, por si no se acuerdan ó no lo saben los más peques, pero que no entremos en mucho detalle.


Por cierto que hoy han venido tres coches de policía al colegio y ha estado tres horas un grupo de seis agentes porque alguien dio la falsa alarma de que habían visto a otro alguien llevarse a un niño de la escuela, agarrándolo con fuerza y tirando de él violentamente. Se marcharon si ninguna información aunque estuvieron preguntando de clase en clase si nos faltaba algún niño. ¡Como si no nos fuéramos a dar cuenta! Desde luego que si me falta Carlos (pronunciado "Carrlous"), mi niño con síndrome de hiperactividad aguda, me hubiese dado cuenta enseguida por la paz en la clase...


Este domingo fuimos a la playa. Saqué unas fotos muy bonitas porque la playa era preciosa. Ilusionados, pensábamos que iba a ser como en casa, que nos íbamos a poder pasar todo el día en el agua. Y nada más lejos de la realidad; ¡allí no había quién metiera ni un dedo del pie! Yo llegué a medio remojarme hasta los muslos y un poco del ombligo cuando me salpicó sin querer mi hijo Pedro y se acabó. Era como meter los pies en un cubo de hielo. Si es que hay hasta leones marinos viviendo al otro lado de la playa y no me acordé de que les había estado sacando fotos hacía tres fines de semana (¡y eso era agosto!). En fin, que muy bonito el día pero parece que no le sabe a uno la playa si no se da un chapuzón.


Y esto es todo por hoy. Voy recopilando anécdotas porque en el cole van surgiendo muchas. Como por ejemplo hoy, que me puse una crema de manos con olor dulzón, porque las tengo muy secas, y los niños me dijeron que olía a helado, a azúcar, a "marshmallows" (nubes) o una vela que tiene la madre de una en el salón de su casa. Más en la próxima entrada, que espero que no sea dentro de un mes...

domingo, agosto 31, 2008

Prueba superada


Han pasado ya dos semanas desde que empezamos el cole (¡y desde que escribo la última entrada, no puede ser!) y creo poder afirmar que he sobrevivido. Los ojos de mis pequeños alumnos han visto a una maestra dulce, con una sonrisa siempre en la cara. Han visto a una maestra que les explica las normas de la clase, que los ha puesto a trabajar enseguida, mientras ellos protestan y afilan sus lápices, y que está para enseñar, contestar dudas y ayudar a los trabajadores más lentos.

Los que realmente conocen a la maestra, por otro lado, han visto a una mujer insegura, que se moría de nervios por saber si iba a gustarle a los chicos o no y que se muerde los dedos pensando en que el director puede entrar por sopresa en la clase y no gustarle lo que ve. Una maestra con ojeras, que apenas ha dormido estas dos últimas semanas por tener en la cabeza mil cosas que hacer, fotocopias que sacar y temas que repasar (no sea que los chicos pregunten algo que ella no recuerde ni sepa explicar...).

Pero al final todo parece que ha salido adelante y ahora, pasado el miedo inicial, pienso que igual exagero y no tiene por qué ser tan difícil. Hay muchas cosas que hacer y temas que trabajar: esta semana en matemáticas trabajaremos el redondeo, en lectura veremos la fantasía, con vocabulario específico del tema, en sociales veremos las cuatro regiones del estado de California (montaña, costa, valle y desierto), iremos a la biblioteca a sacar nuestro libro de la semana y empezaremos a aprender a escribir en cursiva (aquí es al revés que en España). Será duro pero supongo que si tanto los alumnos como la maestra han sobrevivido las dos primeras semanas, entonces podremos llegar a final de curso. Además, pienso que nos espera un gran, gran curso.

domingo, agosto 17, 2008

Vuelta al cole






Mañana es el gran día. Mañana vuelvo a trabajar después de más de dos años de excedencia por cuidado de hijo menor de tres años. Lo hago (y repito, cinco años más tarde) a través del MEC y de mi Consejería de Educación, en un programa que se llama Profesores Visitantes a EEUU y Canadá y cuyo objetivo es contratar a profesores bilingües para las comunidades escolares americanas en que la población hispano hablante es mayoría. En resumen, que voy a dar clase aquí en California pero en mi Consejería figuro en Comisión de Servicios Especiales.


Estoy un poco asustada porque no voy a dar clase de inglés a adultos, como en mi querida EOI, sino que me han dado un tercer grado (un tercero de primaria, si no me equivoco) y tendré que estar con ellos desde las ocho de la mañana hasta las dos y media de la tarde, enseñándoles todas las materias, desde las matemáticas hasta el lenguaje y pasando por las ciencias e incluso la educación física.


No sólo eso sino que en las escuelas americanas el papeleo burocrático es apabullante, tanto para los padres como para los maestros. Los maestros tienen que evaluar todo basándose en miles de cifras, porcentajes y datos de exámenes oficiales que se realizan durante todo el año. Hay que demostrar qué se está enseñando a los niños, cómo y cuándo se está haciendo y los acrónimos de métodos de enseñanza y criterios de evaluación no acaban nunca. Para los padres, por otro lado, los formularios son interminables también, desde un papel para pedir permiso para poder fotografiar a los niños o números de contacto en caso de terremoto.


Además de todo esto, me exige el gobierno de California que convalide mi título y saque un equivalente americano que me permitirá seguir trabajando aquí en años posteriores, independientemente de que sea funcionaria en España. Así que, forzosamente, tengo que hacer varios exámenes y cursos rollazo para sacar mi "Credential", como lo llaman aquí.

No sé si voy a sobrevivir este año con toda esta maraña escolar y, además, la vida y obligaciones de la casa y los niños. Lo voy a intentar, eso sí, pero sabiendo de antemano que va a ser un curso escolar muy, muy duro. (Las fotos de hoy son las de mi aula (classroom o "salón", como lo llaman en español aquí).

sábado, agosto 09, 2008

No es lo mismo




Me acuerdo hoy de ese anuncio de BMW que preguntaba "¿Te gusta conducir?" y se veían imágenes que comparaban dos cosas aparentemente iguales pero que al final no lo eran porque había una pequeña diferencia de calidad. Venía a decir algo así como que no era lo mismo dormir sentado en una guagua con baches que en una cama con sábanas blancas y limpias. Que no era lo mismo conducir un coche de tercera mano que un BMW, vaya.

Hoy, viendo las Olimpiadas, nos pasa lo mismo que el anuncio de BMW. No es lo mismo verlas en España, como toda la vida, que verlas en EEUU. Y es que, primero de todo, oímos y vemos las pruebas con los comentaristas americanos y nos parece lo más extraño del mundo, acostumbrados a los comentaristas españoles, que hablan "conocido": de oros, obstáculos, estilos... Aparte de eso, los comentaristas americanos son demasiado serios y no hacen bromas en directo, como los españoles, ni tienen anécdotas graciosas de los atletas o saben en qué parte de la villa olímpica se están quedando, por ejemplo. Y, lo peor de todo, aquí sólo ponen los deportes que les interesan a ellos, claro, y entonces nos faltan, por ejemplo, el balonmano, el ciclismo o la vela, los típicos deportes en los que los españoles destacamos. Por otro lado, nos hemos tragado ya casi toda la esgrima, natación y carreras. Así, ya me dirán, no habrá manera de oír nuestro himno en el podio.

Como anécdota, hoy le preguntado a la china que me hace la manicura y pedicura si les gustaban los Juegos Olímpicos y si los iba a ver y, muy seria, me ha contestado que es vietnamita. Casi le faltó chillarme que no es lo mismo.

miércoles, agosto 06, 2008

Sex offenders


Hoy me han mandado por correo electrónico esta página web http://www.criminalsearches.com/ en la que puedes teclear la direccción de tu casa y te dan una lista completa de los abusadores de menores que viven en un radio de unas millas. Me ha impresionado muchísimo, sobre todo porque hay fotos de los "ofensores" y puedo saber dónde viven, cuánto miden o si tienen alguna marca o tatuaje que los identifique.


Me he puesto a pensar, entonces, si tener esta información a mano me tranquiliza o me asusta más. Ahora tendremos que evitar una calle o zona que antes frecuentábamos y abriremos más los ojos cuando estemos en el supermercado del barrio, no sea que reconozcamos a alguien de la lista o se nos acercque algún indeseable. Miraremos a los hombres de reojo y evitaremos entablar conversación con alguien que quiera hacerle una carantoña a los niños porque veremos posibles pederastas en todas partes y en todo el mundo.


Quizás es mejor no saber. Porque puestos a saber, ¿por qué no hacemos una lista de los que han cometido un robo o asesinato? Podríamos incluir en ella a los que han incurrido en delitos de fraude o tenido problemas con el fisco. ¿Gente morosa? ¿Todos los que han tenido multas? Por supuesto que no se puede comparar una simple multa con la pederastia pero creo que, en este caso y en mi caso, se podría aplicar el dicho de ojos que no ven, corazón que no siente...

domingo, julio 27, 2008

Olor a lugar


Cada vez que vuelvo a Estados Unidos me sorprende su olor. Estados Unidos huele a Estados Unidos y es un olor propio e inconfundible. Es una mezcla de olor a aire acondicionado y moqueta, a veces (y depende del sitio en el que estés) con un toque de plástico nuevo, otras con un leve olor a madera maciza pero un poco vieja. Siempre lo noto cuando bajo del avión pero se vuelve más intenso cuando camino dentro del aeropuerto hacia la recogida de equipaje. Luego, durante los primeros días lo huelo en todas partes (en las librerías, el supermercado, el vídeo club e incluso en mi propia casa...) hasta que mi nariz se acostumbra y ya no lo huelo más hasta que salgo del país y vuelvo a entrar pasado un tiempo.


En algunas franquicias americanas en España a veces me viene un soplo de este olor tan particular. Si estoy con Pedro, siempre digo, "Huele a Estados Unidos." y él lo nota también. A veces él lo huele antes que yo pero el caso es que este olor es tan inconfundible que salta a la vista. O al olfato, más bien.


Pedro dice que cada país tiene un olor distinto y particular. Es más, va más allá y asegura que cada ciudad o lugar tiene su olor propio. Madrid huele a Madrid igual que Las Palmas huele a Las Palmas. Ahora que lo pienso, puede que tenga razón. Santa Cruz de Tenerife huele a refinería y a verde de la rambla. Y Las Palmas huele a casa y a humedad. O el sur de las islas, que me huele distinto a la capital porque es césped de bungalow recién regado y arena mojada. Si vamos más allá, se podría incluso afirmar que cada lugar cambia su aroma con cada estación y, por lo tanto, Las Palmas no huele igual con la lluvia de invierno o con la sal de la playa de Las Canteras en verano.



Ya llevamos de vuelta un fin de semana y se está disipando el olor a EEUU. Ya no huelo nada. En mi recuerdo, no obstante, sigue ese olor tan propio de este lugar y de muchos otros que hasta dentro de un año no podré volver a notar.

domingo, julio 13, 2008

Descuido




El diccionario de la RAE define la palabra descuido como omisión o negligencia. También encontramos una segunda definición: olvido o inadvertencia. Quizás también podría significar desatención, falta de aplicación. En definitiva, falta de cuidado.


La semana pasada en Logroño, una niña de cuatro años se cayó desde la ventana de un cuarto piso, cuando se estaba asomando, y murió. En la radio, cuando daban la noticia, decían que había sido por descuido de la madre. Una madre negligente, que no tuvo cuidado o desatendía a su hija y se olvidó de ella.


En realidad, sucedió que la niña se cayó porque no había nadie que en ese momento la estuviera vigilando pero no me parece justo o acertado el uso de la palabra "descuido". Me parece injusto porque sé, por propia experiencia, que lo más probable es que la madre no estuviera desatendiendo a su hija a propósito o que fuera una negligencia y falta de aplicación, como da a entender la palabara "descuido". Seguramente, la madre estaba en la cocina cocinando, limpiando o ambas cosas a la vez. Mientras, estaría la lavadora puesta y los platos recién fregados. Tal vez ella estuviera pensando, mientras picaba una cebolla, en la pila de ropa que tenía para planchar y a ver si había algo limpio o planchado para poder vestirse para ir a trabajar. Y, además de todo esto, estaría preguntándose en qué se estaría entreteniendo la niña para estar tan callada.


A pesar de que mantenemos un ojo en la cocina y otro en los hijos, es difícil estar atentos a ellos el 100% de nuestro tiempo. Para poder vigilarlos como quiséramos, tendríamos que estar atados a ellos todo el día y toda la noche. Tendríamos que tener todas las ventanas cerradas, todos los enchufes tapados, las llaves de las habitaciones quitadas. Es más, si me pongo a pensar en lo que les ha pasado a hijos de amigos míos, quitaríamos las puertas para que no se pillaran un dedo, vaciaríamos las piscinas o pararíamos las escaleras mecánicas para que no les arrancaran los deditos. No habría coches que los pudieran atropellar o árboles de los que se pudieran caer...


Hoy he sabido que la madre de la niña que se cayó no estaba en casa cuando sucedió. Después de todo, sí que parece que fue un descuido.

viernes, junio 27, 2008

Más mayores


A lo largo de estas semanas, me he enganchado al programa de entrevistas Balas de Plata, que emite La Primera los jueves por la noche. Anoche, a pesar de tener sueño, me esperé a la segunda mitad del programa para ver y escuchar una entrevista a Santiago Auserón, un músico que siempre me ha parecido muy interesante. La entrevista me gustó mucho (no fue así con la anterior, a Javier Gurruchaga, que me parece un personaje demasiado histriónico para mi gusto) aunque me dejó impresionada hasta el punto de casi echarme a llorar en el intermedio.


¡Y es que nos recordó Auserón que el magnífico "37 grados" de Radio Futura se publicó hace 21 años! ¡21 años! Madre mía, pero si parece que fue ayer porque me sé la letra de cabo a rabo, porque recuerdo con exactitud dónde estaba cuando lo escuché por primera vez y porque mis amigas de entonces siguen siendo las mismas de ahora. Con maridos e hijos (la única y "pequeña" diferencia), eso sí, pero seguimos siendo las mismas.


Madonna y su "Like a Virgin" salió hace 23 años y el "Hoy no me puedo Levantar" fue hace 27... En la tele, veíamos "La Bola de Cristal " (que también se mencionó en ambas entrevistas) y la serie "V" (malísima pero que enganchó a toda mi generación), llevábamos hombreras por bandera y los peinados más feos de todos los tiempos.


Siento que me hago un poco más vieja porque me cuesta creer que haya pasado tanto tiempo. Además, recordamos con añoranza esa época porque ahora, y desafortunadamente para algunos, tenemos la responsabilidad de las cosas que entonces eran sólo de "mayores", como aprobar o suspender oposiciones, sentar cabeza, pagar coches e hipotecas, hacer la Renta, cuidar de nuestros mayores... Quién nos hubiera dicho hace 25 años que hacerse mayor iba a venir tan rápido.


Por otro lado, me siento afortunada también. Esta mañana fui a acompañar a mi tía abuela a ver las instalaciones del Asilo de Ancianos del Cabildo de GC. Entré por la puerta principal, vi a los ancianos con su trabajoso andar, los hombres con boinas y bastones y las mujeres con el punto en un bolsito, y pensé "Pero qué tontería, si eres todavía joven, muy joven". E inmediatamente pensé en lo que dice ese tango: ¡que 20 años no es nada...!".


miércoles, junio 11, 2008

Huelga


¿Qué estarán pensando los americanos de nuestra huelga de transportistas? Supongo que se estarían llevando las manos a la cabeza porque, a pesar de que hemos visto hace poco a los guionistas de Hollywood parar su trabajo durante meses, no es muy común ver a colectivos de trabajadores ponerse en huelga para protestar por algo.


Y es que, para muchos colectivos de trabajadores en EEUU, es ilegal ponerse en huelga. Por ejemplo, los trabajadores de empresas de aerolíneas o de ferrocarril no pueden ir a la huelga sino en circunstancias muy limitadas. En Michigan, Iowa o Florida, es ilegal que los maestros hagan huelga y a colectivos como la policía y los bomberos tampoco se les permite. ¿La causa? El temor a una catástrofe nacional si el país deja de funcionar como es debido.


Lo más curioso, no obstante, es ver cómo los trabajadores sí tienen sus sindicatos (unions) y hacen sus pequeñas protestas y quejas para mejorar la situación de sus trabajadores pero no se atreven a manifestarse, gritar y llamar la atención cuando hace falta. Es como si tuvieran miedo de perder su empleo o destacar negativamente, como sucedió con algunos trabajadores de correos bajo el mandato de Carter o muchos controladores aéreos bajo la era Reagan. Quizás es por eso que el 98% de las quejas de los sindicatos se resuelven positivamente antes de que los trabajadores se pongan en huelga. Quizás sea la particularidad de este país tan nuevo, mermado de toda la historia obrera y sindicalista de Europa. O tal vez sea la tasa tan baja de paro, que hace que, cuando no estés contento con las condiciones laborales, busques otro mejor y sanseacabó.


Nosotros, y me refiero a España ahora, vamos en camino de que el país deje de funcionar como es debido dentro de unos días pero las demandas son altas y claras. La disconformidad es evidente y las ganas de encontrar soluciones nos cuestan la vida. Se me ocurre que, puesto que los americanos no se atreven a patalear, no estaría mal trasladar nuestra huelga allíy protestarle al tercer productor de petróleo del mundo que los precios del diesel no dejan vivir a nadie, ni en España ni en EEUU.

sábado, junio 07, 2008

Operación bikini



Después de varios días de hacerme la remolona, he intentado acercarme al espejo para probarme el bikini. Pues no he podido. Afortunadamente, todavía no he ido ni voy a ir a la playa (la panza de burro de Las Palmas de Gran Canaria nos quita las ganas de asomarnos al sur) pero sé que el abominable momento de estrenar esta odiosa prenda está a punto de llegar.

En las revistas de moda leo y me explican qué estilo de bikinis sientan bien a las gorditas: prohibido el estampado, no a las rayas horizontales y nunca, nunca jamás, triángulos para los pechos. Aún así, y a pesar de que me autoconvenzo de que me niego a ser esclava de mi cuerpo ni de los cánones de belleza de este nuevo siglo, sea el bikini que sea, veo celulítis por todas partes y las pistoleras pasan de ser visibles a más que evidentes.

No estoy cómoda con él, me provoca complejos y, para colmo, ni siquiera me queda bien. Por otro lado, no quiero hacer nudismo ni dejar de ir a la playa. Conclusión: para mí supongo que ya ha muerto esta prenda revolucionaria y es hora de poner en marcha... ¡la operación bañador!

domingo, junio 01, 2008


Quisiera poder contar que todo sigue igual que como lo dejé el pasado agosto. Y, sí, aparentemente, todo está en su sitio, las cosas de siempre tienen su color de siempre. Nada, ni siquiera la rutina del día a día en esta casa, parece haber perdido su sitio habitual.


El olor a café recién colado y el loro Manolo, con sus silbidos impacientes, me despiertan por la mañana y la lavadora se descoloca más y más con cada centrifugado. Las gatas merodean por la casa buscando comida mientras nosotros decidimos, en el desayuno, qué cocinar para el almuerzo. Ponemos la mesa, comemos y la siesta es un ritual inevitable. Por la tarde, un paseo por Las Palmas, compras y llamadas. Y de vuelta en casa, los baños y cenas, la tele y a la cama. Quizás algún día hay playa o un baño en el Club o alguna visita al parque con los niños. Como cualquier fin de semana de estos últimos años o igual que el verano pasado.


Pero tú no estás. Y todo lo que vivo estos primeros días me parece fingido, como si no estuviera ocurriendo. Sin embargo, está ocurriendo sin ti. El café sale sin ti y Manolo silba sin ti. Las comidas, los baños, las llamadas... Todo esto sin ti. Nada, nada es igual a como lo dejé.


Supongo que, algún día, aprenderé a vivir con tu ausencia y, entonces, las cosas que siguen en su sitio ya no me parecerán simuladas o ajenas. Mientras tanto, y para no derrumbarme en tu propia casa, intento sobrevivir con el recuerdo de cómo lo dejé todo el pasado agosto.

sábado, mayo 24, 2008

Entre mariachis y celebrando nuestro aniversario de boda, me despido de California por unos meses. A pesar de que me muero de ganas de llegar a Canarias y ver a mi familia y amigos, me voy con el corazoncito partido porque Pedro se queda atrás un mes y medio. Él no tiene sino dos semanas de vacaciones y, como quiere ir a una boda el día 12 de julio, no le queda más remedio que unirse en la etapa final de nuestras vacaciones, con la única ventaja de que volvemos todos juntos para California y no me toca viajar sola con los niños como a la ida (¡¡madre mía, qué locura!!).

No sólo eso, va a ser raro estar en España y, de repente, poder conocer a Carla, coger a Jorge en brazos o hablar con Pedro por la webcam. Y más raro aún saber que las cosas siguen pasando aquí mientras yo esté en Las Palmas o Santa Cruz. Seguirá subiendo la gasolina (¡llenar el tanque cuesta $75!). Las primarias anuncian a Barak Obama casi como el candidato demócrata al mismo tiempo que George Bush regala dólares (que, pensándolo bien, podríamos guardar para pagar la gasolina) con la devolución de impuestos. Saber que la vida sigue, por ejemplo, y que mi amiga Susana pronto dará a luz o que al volver me espera la firma de un contrato de trabajo en una escuela elemental en San José.

Vaya, sabía que tarde o temprano, esto iba a ocurrir. Querer estar en dos sitios a la vez, dejar emociones y sentimientos aparcados en un lugar para vivir más e igual de buenos momentos en otro lugar, querer estar en Canarias y luego, una vez allí, querer volver a California... Ahora que pienso en todo esto, caigo en la cuenta de lo que soy: una emigrante canaria en California.

domingo, mayo 11, 2008

Baby Shower




Este domingo una amiga y yo le organizamos a nuestra amiga Susana una "baby shower", que es un evento muy típico americano para las embarazadas. Se trata de una fiesta en la que se reúnen sólo las mujeres amigas o familiares de la embarazada y se celebra el hecho de que va a nacer el bebé. Por supuesto, y como en toda fiesta americana, hay comida (en esta shower todas trajimos algo para picar, a eso se le llama "potluck") y regalos por doquier. Regalos para el bebé, claro (casi una ajuar completo de todo lo que va a necesitar cuando nazca) y alguna que otra cosita para la mami.

Después de picar algo, charlar acerca de las experiencias de algunas mamis primerizas y no tan primerizas y, de este modo, poder asustar a Susana por lo que se le avecina, jugamos a algunos juegos, también típicos de las baby showers http://www.plan-the-perfect-baby-shower.com/juegos-de-baby-shower.html. En este caso, organizamos unos bolos con biberones, una carrera contrareloj de cambio completo de bebé y, finalmente, jugamos al juego de las sillas musicales pero con un pañal manchado de algo del color de la caca pero que, en realidad, era chocolate derretido en el microondas. Hay muchos juegos más, pero en tan pocas horas y con tantas muejeres sólo dio tiempo para tres.

Y finalmente, Susana abrió todos sus regalos. Previamente, ella había creado algo así como una lista de bodas pero para bebés en una tienda que no vamos a nombrar por no dar publicidad (pero que era Babies 'R Us) y todas las asistentes habíamos ido a la tienda a elegir/comprar un regalo de esa lista. Total, que ella sabía lo que le iban a regalar pero le hizo ilusión igualmente. Para terminar, como buena shower que se precie, Susana había preparado recuerditos para las chicas y nos fuimos a casa con un paquetito muy mono que contenía (en este caso) unas semillas dentro de un sobre que ponía "Love grows" (El amor crece).

Y así acabó la fiesta. Realmente, para las españolas, esta tradición no es nada común y puede parecer hasta un poco cursi, si lo piensas fríamente. Pero igual de cursi puede resultar también una boda, un bautizo, una despedida de soltera... En realidad, cada cultura celebra su expresión de felicidad de distintas maneras. En este caso, Susana está radiante con su embarazo y el nacimiento de la pequeña Sara y así fue como elegimos celebrarlo, muy a la americana.

jueves, mayo 01, 2008

Comida basura


Hace tiempo que quiero escribir acerca de la oferta culinaria de este país y de los hábitos alimenticios de los americanos, aunque, para ser sinceros, no les voy a contar nada que ustedes no sepan ya. Lo que ocurre es que, aunque ya sepas que en este país se come mal, hasta que no llegas aquí y ves a las personas más gordas del mundo, no caes en la cuenta de que el problema es más grave de lo que uno imagina.

Antes de vivir aquí, pensaba, como mucha gente, que los americanos comían mal porque sólo había restaurantes de comida basura o porque sólo comían comida basura (junk food). Evidentemente, hay más restaurantes aparte de los de comida rápida y la oferta es tan variada que, muchas veces, uno no sabe qué elegir: vegetariano, hindú, tailandés, vietnamita, chino, japonés/sushi, mejicano y texmex, italiano, fusión asiática, griego, barbacoa coreana... Hay hasta tres restarauntes de comida española en San Francsico que no están mal (un buen recurso si tienes añoranza de croquetas, chorizo o gambas al ajillo). También los restaurantes al estilo "diner", de hamburguesas caseras, chuletones de la mejor carne y todo tipo de "pies" suelen tener bastante éxito. Y es que, claro, con tanta oferta no me extraña que a la gente le guste salir a comer.

Si a tanta oferta (aparte de la de comida rápida) le unimos el hecho de que la mayoría de los americanos almuerza fuera de casa, en alguno de estos sitios, y que además, el americano medio conduce a todas partes (puesto que las distancias son tan largas entre punto y punto) nos encontramos conque esta gente no come casi comida casera ni hace ejercicio. Y si, además, el supermercado está repleto de cosas de picar para cuando ves la tele, una Bic Mac tiene 560 calorías o en Starbucks te sirven un café que parece una mezcla de Paladín a la taza con nata montada, caramelo y pepitas de chocolate, llevar una vida sana parece prácticamente imposible.

Estoy generalizando, claro, pero sí es cierto que la obesidad y, en particular, la obesidad infantil y adolescente se está conviertiendo en una problema a nivel nacional. Un veterinario me comentó un día que hasta los gatos americanos son obesos. Y no sé qué solución le pueden buscar al problema; yo a veces pienso que la solución está en cambiar los horarios de comida y sustituir la comida basura por una buena ensalada con aceite de oliva y un pescadito a la plancha con ajito y perejil. Total, que coman como los españoles, vaya. Claro que luego querrán tomarse una cervecita, unas aceitunas y unas tapas mientras ven la NFL y estaríamos donde empezamos...

sábado, abril 26, 2008

Ocho meses después



http://picasaweb.google.com/contandolluvia/VDeos/photo#5185266319015772322

Yo sabía que iba a ocurrir pero nunca imaginé que fuera tan rápido. Casi ocho meses después de la entrada sobre Pedro, su desconocimiento del inglés y la pena que me daba dejarlo solito en su clase, sin entender ni papa, ha llegado el momento en el que ya habla inglés con fluidez. Hombre, no como un nativo, ni a nivel bilingüe todavía, pero se está acercando.

Habla en inglés de su colegio y me cuenta cositas acerca de sus amigos "Carrlous" y Warren. Ve y entiende los dibujos animados y me comenta los anuncios para niños que ponen en la tele. Ya se puede conversar con él y hasta se atreve a hablar con otros niños que no conoce en el parque o en el supermercado. ¡Hasta lo he pillado hablando en inglés con su amiguitos españoles! Y hoy, por primera vez (y no dudo que no será la última) le he tenido que decir, "Pedro, háblame en español, por favor".

En resumen, es una esponja (como Bob Esponja, sus dibujos favoritos). Además, esto no ha hecho sino empezar porque todavía le quedan muchos meses por delante y mucho, mucho inglés por aprender. A veces, recuerdo ese primer mes de colegio en el que nos miraba extrañados, a mí y a la profe, y pienso que si me hubiesen dejado mirar ocho meses en el futuro, quizás me hubiese sentido más tranquila. E igual él también.

jueves, abril 17, 2008

De vuelta de Madrid


Mi pobre, pobre blog. Lo he tenido olvidado unas semanas y es que he hecho un viaje relámpago a Madrid, para "pedir" trabajo en el MEC y, de paso, a ver a mi padre. Y, claro, no se me ocurrió llevarme el portátil y en los vuelos de ida y vuelta (ambos de once horas de duración) me tiraba de los pelos de rabia por no haberlo pensado y me ponía verde de envidia al ver a los ejecutivos con lo suyos en la mesa plegable. Por no hablar del trauma de estar cinco días sin poder casi consultar mi correo electrónico.

Eso me ha hecho pensar en lo colgados que estamos de la tecnología informática. No podemos vivir sin internet, sin leer nuestro correo electrónico o algún diario digital. Nos impacientamos por recibir fotos de la familia o de los hijos de amigos cuando hace unos años no nos trastornaba tener que esperar una semana entera para que se revelaran las fotos de algún cumpleaños o asadero/chuletada.

Claro que no me extraña que seamos tan adictos. Gracias a la maravilla que es internet, los abuelos en las islas y mi tía de 81 años (que también maneja el ordenador perfectamente) pueden ver a los niños a través de la cámara web cuando se les antoja, puedo mantener una conversación en tiempo real con mis hermanos y cuñadas, que están a miles de kilómetros de distancia, y las cartas llegan instantáneamente al destinatario y puedo polemizar de política con mis amigos, mensaje tras mensaje durante todo un día. ¡Ah, y he podido ver la ecografía del bebé de una amiga colgada en You Tube!

Recuerdo que hace dos años, si no me equivoco, hubo una tormenta en Tenerife que nos dejó sin luz unos tres días, más o menos. Tuvimos que cocinar con un camping gas, nos quedamos sin televisión y hasta el teléfono estaba averiado. Pero nada nos dolió más, ahora que lo recuerdo, que quedarnos sin internet durante lo que, sin duda, nos pareció una eternidad.

miércoles, abril 02, 2008

Spring cleaning





















Ya llegó abril, con sus lluvias mil, y los americanos están listos para hacer su "spring cleaning", que quiere decir "limpieza de primavera". Se lavan cortinas, se saca ropa de verano o se guardan algunas prendas de invierno; se hace una limpieza general, vaya. Y casi como para formar parte de esa costumbre anual, el mes pasado, el ayuntamiento de Santa Clara (el nuestro) anunció que iba a dedicar una semana a la recogida de muebles y enseres viejos e inservibles de toda la comunidad. Así que este pasado fin de semana, todos los vecinos de mi barrio se dedicaron a sacar a la calle toda la porquería que tenían acumulada durante años en sus casas.


Los niños y yo (más bien yo) fuimos a chismorrear el domingo y, con la excusa de dar una vuelta al manzana con la bici y el triciclo, echamos un vistazo (casi de reojo) a lo que la gente de este país tira a la basura. Más que nada por saber si la porquería de la gente es la misma en España como en EEUU. Y, no se asombren cuando les diga que sí, la gente aquí acumula trastos igual que en el resto del mundo. O qué se creían, ¿que los americanos son más ordenados o limpios...?

Volvimos a casa con las bicis, contentos también de poder sacar las cosas que ya a nosotros no nos hacían falta (porquería también, al fin y al cabo) y de no tener que llevarlas a ningún vertedero en el cual tienes que pagar por cada cosa que tiras. Sacamos todo lo nuestro y lo dejamos en la acera, tal y como lo tenían colocado los demás vecinos. Entre otras cosas, tiramos una maleta cuyo cierre estaba roto, una silla de ordenador que se tambaleaba sin arreglo y que cambiamos hace tiempo por una más estable, trapos viejos, perchas sin gancho, el palo de una escoba... Y los vecinos tenían más o menos lo mismo: un colchón viejo, un edredón con agujeros, marcos de ventana carcomidos, lámparas estropeadas, juguetes rotos...

La oleada vino a las dos o tres horas de colocarlo todo fuera. Algo que jamás había visto nunca. Llegaban con camiones, furgonetas y hasta uno o dos remolques. Al principio pensé que era la gente contratada por el ayuntamiento, que venía a llevárselo todo para luego trasladarlo al vertedero. Pero no, ¡era gente de todas partes recogiendo lo que nosotros habíamos tirado! Se acercaban, como buitres, a ver qué había en la pila de trastos y rebuscaban a toda prisa cosas que todavía pudiésen ser útiles. Pues parece ser que sí encontraban cosas puesto que llenaban las furgonetas y la gente seguía viniendo en avalancha. Se llevaron hasta mi maleta con el cierre roto y la silla sin arreglo.

Me alegra pensar que mis trastos le pueden servir a otra persona pero me pareció increíble la velocidad con la que vinieron y se llevaron tantas cosas. Desde luego, lo que para algunos fue la tradicional "spring cleaning" para otros fue casi como nuestras tradicionales rebajas de invierno. Pero gratis.

miércoles, marzo 26, 2008

Después de darle muchas vueltas, he llegado a la conclusión de que todo en esta vida se reduce a ser feliz o intentar hacer felices a los que quieres. Los días pasan - rápido - y, la mayoría de las veces, no encontramos sentido a muchas de las cosas que hacemos en el día a día. Pero sí tienen sentido y es intentar hacer que las pequeñas cosas y detalles de ese día a día te llenen de felicidad a ti y a los que te rodean. Y, si bien no siempre tiene que colmar la felicidad, por lo menos que los días sean agradables y placenteros.

Hoy, a la hora de la siesta, Diego no se quería dormir y estuvo dando vueltas en su cama pequeña, hablando solo y dando golpes a la pared con los pies. Harta de oírlo y sabiendo que ya ni siquiera yo podría cerrar los ojos diez minutos ese mediodía, lo saqué de su encierro. Estuvo pintando y hablando con su lengüita de trapo hasta que le entró sueño, se tumbó conmigo y entre caricias y achuchones se quedó dormido en mis brazos. Al ratito, Pedro vino a pedirme desodorante, porque había visto que su papi se lo ponía y que olía bien. Ninguna explicación de que él no lo necesita porque no suda tanto como para oler a gimnasio sin ventilación lo disuadió. Su carita, al oir el spray y levantar el brazo para olerse no se olvida fácilmente.

A media tarde, salimos los tres al jardín. Hacía un poco de fresco y nos pusimos unas rebecas pero, aún así, se nos sonrojaron las mejillas enseguida y los ojitos de Diego brillaban, expectantes, esperando a ver qué íbamos a hacer. Mientras, Pedro hablaba sin parar, contándome que en el patio del cole había hecho "chocolate" con agua, barro y un palo. Un ratito antes me había contado que ya había llegado la primavera y que, en el cole también, había plantado unas semillas de melón. Así que decidimos salir a plantar garbanzos y judías pintas. Y a hacer chocolate, por qué no.

Una fiesta sopresa de cumpleaños (la mía, planeada por Pedro desde hace tres semanas), un ramo de flores inesperado, las judías de Pedrito o las caricias para Diego, un desodorante, una llamada, simplemente por ver cómo estás, un lienzo en el buzón o café canario y un Semana en un sobre verde de Correos... Todo, todo eso somos todos nosotros tratando de ser felices.

sábado, marzo 22, 2008

Huevos de Pascua



Ayer viernes hicimos algo muy tradicional en este país, que es esconder huevos en un jardín o parque para que los niños los encuentren. Se llama "Easter Egg Hunt" y lo hacen todos los niños de este país el fin de semana antes de Pascua, "Easter". Los huevos que se venden son de plástico, los abres a la mitad y le puedes meter lo que tú quieras, o bien caramelos, chocolate o alguna golosina o monedas, pegatinas y hasta tonterías de plástico tipo anillos, gomas de borrar, etc. A gusto de la madre consumidora, vaya.

Antes que nada, debo explicar que todos los viernes nos juntamos con un grupo de madres españolas (algunos padres que quieren venir también, aunque no todos son españoles) y con sus niños. Somos un grupo de casi unas doce madres y sus respectivos hijos (que suman casi 25 niños de edades que van desde los pocos meses hasta los seis años) cuyo objeto de reunión es que los niños se junten, jueguen y, de ese modo, no pierdan el español, que es su lengua materna. Durante este invierno hemos hecho muchas actividades juntos, como salir en Halloween a pedir caramelos, reunirnos a pintar cerámica, jugar a los bolos... y, ahora que se acerca el buen tiempo, quedaremos en algún parque para que los niños se aireen y se entrenen para corretear todo el verano (la mayoría se va para España, a pasar las vacaciones en familia).

Bien, pues con ellos y otro viernes más, nos juntamos en un parque para, primero, pintar/tintar huevos cocidos, que es tradición también. Y mientras los niños pintaban alegremente o se peleaban por los colores y por los huevos más grandes, algunas madres se dedicaban a esconder cientos de huevos por todo el parque: debajo de los arbustos, en los huecos o ramas bajas de los árboles o debajo de piedras pequeñas. En todas, todas partes. Luego, cuando las mamis terminaron de esconderlos, los niños se prepararon cada uno con su cestita de pascua y dimos el pistoletazo de salida. Salieron disparados a encontrar huevos y el griterío de emoción y alegría es difícil de explicar. Luego vino la segunda parte de la emoción, que es sentarse a abrir los huevos y ver qué sorpresa tienen dentro. La tercera parte: el subidón de azucar que les dio de comerse todas las chuches de los huevos. Menos mal que estábamos en un parque y pudieron desfogar dando vueltas de un lado para otro.

Lo pasamos muy, muy bien porque era algo que sabíamos que se hacía pero que no habíamos hecho nunca porque la primera vez que vinimos a EEUU no teníamos hijos. Sacamos muchas fotos pero fue difícil pillar a todos buscando ¡porque había huevos en todas las direcciones! Además, yo no pude llevar cámara porque estamos esperando que nos llegue la nueva (una increíble Canon G9) que hemos pedido por Amazon; mi regalo de cumpleaños. Así que, por hoy, se van a tener que conformar con imaginarse a veinticinco niños desconocidos corriendo por un parque en busca de huevos o disfrutar de esta foto de niños desconocidos corriendo por un parque en busca de huevos.

sábado, marzo 15, 2008

Bienvenida, Carla


La vida ha querido que ni tú ni yo podamos estar allí con ellos hoy. En su día más feliz, más emocionante y más largo. En el día en el que, por fin, Carla se ha dignado a salir, que ya llevaba más de una semana de retraso y nos tenía a todos mordiéndonos las uñas. Bueno, eso sólo yo.

Te cuento, porque no lo sabes, que han sido dieciséis horas de parto, porque Angie no dilataba, que en el Materno había más parturientas que de costumbre y los paritorios estaban llenos. Que Lluco se moría de nervios pero sólo por dentro, ya sabes cómo es, que no deja asomar lo que está pensando y te mira como si no pasara nada. Que a Antonio, el abuelo materno (por si te preguntas, "¿Qué Antonio?"), le dio una bajada de tensión mientras esperaba y le tuvieron que dar tres puntos en la nariz del desmayo. Y que Papá no durmió desde las dos de la mañana, que fue la hora en que le dijeron que le empezaban a poner a Angie la oxitocina, y estaba hecho un guiñapo a las cinco de la tarde.

Es preciosa, ¿sabes? Sólo he podido verla en unas fotos pero ya se asoma la nariz de Lluco y la sonrisa de Angie. Dicen que tiene los ojos azules (¿recuerdas que a Diego se le notaron enseguida y tú me lo discutías?) pero igual le cambian, como a casi todos los bebés a los meses de nacer. Y me ha dicho Lluco que come bien, se ha enganchado al biberón que le ha dado como si no hubiese comido nunca. Y, por ahora, no llora mucho pero tiene toda la pinta de que va a ser guerrera, como buena Pons. Y Romera, ahora que lo pienso.

Seguro que también tiene mucho de ti y será feliz, optimista, paciente y cariñosa. Trabajadora y amable con todos, siempre dispuesta a ayudar y a buscar una solución a cualquier problema. Buena cocinera, como la rama Neyra, y hábil con las manos. ¿Sabías que en la foto tenía puesta la manta que tú le tejiste?

Sea como sea, la querremos mucho, ¿verdad?, aún en la distancia y aunque no la podamos ver ni ella a nosotros. Su nacimiento ha sido un soplo de aire caliente cuando más frío estábamos pasando. Qué suerte que Carla tenga tu mantita y el nuevo calor de toda su familia.

martes, marzo 11, 2008


Para que no se me peleen los lectores...

domingo, marzo 09, 2008


Primeros Auxilios


Como nos hemos llevado tantos sustos últimamente, Pedro y yo decidimos apuntarnos a un curso de primeros auxilios. Fue ayer sábado y, tras dejar a los niños en casa de varias amigas que se ofrecieron amablemente a cuidarlos, nos fuimos, contentos de estar solos aunque sólo fuera a un curso de primeros auxilios.

Era de nueve a cinco y se nos pasó muy rápido. Aprendimos a hacer el boca a boca, tanto a niños como a adultos y a hacer compresiones en el pecho después del boca a boca. Vimos cómo era un defibrilador portátil y aprendimos a usarlo. Nos enseñaron qué debemos hacer con heridas, quemaduras y golpes mientras llegan los equipos de emergencia y hasta cómo reconocer una embolia o ataque al corazón y actuar adecuadamente. O qué hacer cuando hay un incendio (¡como si a mí me fuera a hacer falta!), un escape de gas o un accidente de tráfico.

También nos explicaron que estamos cubiertos por la "Ley del buen samaritano", que nos protege de cualquier demanda que nos pueda hacer la víctima en caso de que fallara algo por nuestra parte. Nos contó la chica que nos dio el curso que si no existiera esa ley nadie se pararía a echar una mano a nadie. Y otra cosa que nos pareció curiosa y es que la persona que está inconsciente y no respira está muerta. Lo único que hacemos con el boca a boca y las compresiones es ayudar a mantener el oxígeno y la sangre fluyendo para que no mueran los tejidos mientras llega la ayuda y puedan poner en marcha el shock eléctrico que quizás le ponga el corazón en marcha otra vez.

Tenemos un buen amigo que seguro estará orgulloso de nosotros y, en realidad, nosotros los estamos de nosotros mismos. Ojalá nunca tengamos que poner en práctica lo que hemos aprendido pero nos ha servido para poder actuar rápidamente en caso de emergencia porque nunca se sabe lo que puede pasar. Y menos en este país. O en esta casa...

miércoles, marzo 05, 2008

Varios




Jim

Me parece que me he librado de Jim. Al parecer no se lleva bien con su padre y han tenido una discusión/pelea (o argumento, como dicen aquí). Así que se ha alquilado una habitación en una casa con cuatro inquilinos más (y candado en cada puerta...) y se ha llevado sus tres o cuatro pertenencias consigo en un coche viejo y destartalado. "See ya 'round, sweetie", me ha dicho y hace más de un mes que no lo veo. No lo echo mucho de menos, la verdad. Todo lo contrario, estoy bastante aliviada.


Libros

Hace poco terminé de leer un libro que me impresionó muchísimo pero que, a la vez, es la historia más bonita que he leído últimamente: "El niño con el pijama de rayas", de John Boyne. Recomendable en todos los niveles menos el emocional. Y si no, que se lo pregunten a mi querido esposo, que me ha echado la bronca por pasarle el libro y no avisarle de que le iba a afectar.


Elecciones 2008

El lunes pasado, Pedro y yo ejercitamos nuestro derecho al voto. Por correo certificado, urgente y con acuse de recibo. Derecho que nos ha salido una pasta (casi $30) pero, por ser españoles y residentes en el extranjero, se nos reintegrará el dinero. Aunque no el tiempo que estuve en la "post office" (más de tres cuartos de hora) porque el pobre empleado no se enteraba mucho de lo que había que hacer para que nuestros votos no se "pierdan" en el tiempo y el espacio.


Uñas

Allí donde fueres, haz lo que vieres. La verdad es que tengo el refranero español un poco olvidado (con esto de que estoy lejos) pero algo así era, ¿no? Y es que el sábado por la tarde dejé a los niños con Pedro y me fui a hacer una pedicura, algo muy popular entre las americanas. Nunca me había hecho una (como tampoco he probado nunca a hacerme una limpieza de cutis); desafortunadamente para mi pobre Pedro, no soy muy femenina en esos aspectos. Pero me animé, busqué un sitio cerca de casa y entré casi con miedo porque todo parecía muy profesional, con bañeritas para los pies y masaje de piedras calientes incluido. La china que me atendió me preguntó "Wa cala?" (que significa qué color quieres) y entonces ¡me di cuenta de que también me iban a pintar las uñas del pie! Así que encogí los hombros, les dije que hicieran lo que quisieran (tantas decisiones acerca de mi estética me estaba dando dolor de cabeza) y cuando me vine a dar cuenta me pintaron hasta una flor en cada dedo gordo. Trabajo de chinos, sin duda, pero creo que me gusta vérmelas. Igual el mes que viene me pinto otra cosa pero sólo por el masaje de piedras calientes merece la pena volver.


Más novedades pronto, lo prometo.

miércoles, febrero 27, 2008

Pirómanos consumados



Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Bien, pues nosotros tropezamos con una roca la primera vez y ahora, menos mal, sólo hemos tropezado con una china. Y es que hace unos días, estaba cocinando y hablando por teléfono a la misma vez cuando puse una sartén al fuego y me lié con la conversación. Al girarme hacia la sartén (o guiada por un instinto de alarma) vi que se me había prendido fuego. Sé que taparla inmediatamente ahoga el fuego y termina por matarlo pero la tapa que usé no debió de ser la adecuada y no funcionó. Para ese entonces, los nervios me tenían secuestrado el estómago y ni decir tiene que la conversación teléfonica había acabado con un "¡Ay, mi madre, la sartén!". Pensé, por un momento, en llevar la sartén al jardín pero, como la casa tiene moqueta, una simple llama en el suelo podría ser mortal. Luego se me ocurrió que tropezar yo, tropezar con cualquiera de mis hijos corriendo hacia mí o enredándose entre mis piernas podría ser aún más mortal.

Así que, teléfono en mano y llorando, sí, llorando del susto, cogí a los niños, salí corriendo de la casa y llamé al 911. Por primera vez en este país, llamé al teléfono de urgencias de la policía y grité que había fuego en casa. Tras pedirme que me calmara, la operadora me pidió dirección y teléfono y me aseguró que los bomberos acudirían en un momento. Y, de hecho, lo hicieron, pues la estación está a menos de cinco minutos de casa. Vinieron dos camiones y tras preguntarme si había alguien más en la casa, entraron, apagaron y ventilaron. Y, mientras tanto, yo de pie, en la calle, llorando amargamente por lo que pudo haber sido.

Y digo pudo porque, afortunadamente, no hubo mucho destrozo. La campana está bastante quemada (más bien llena de hollín que no se quita) y el techo de la cocina necesita una mano de pintura aunque, si no te fijas, el hollín podría pasar desapercibido. Lo que sí hubo fue un poco de destrozo emocional puesto que me vinieron a la mente imágenes de aquel fatídico día de abril, hace casi dos años, en el que casi perdemos todo por causa de una estufa.

Para colmo, cuando estábamos fuera y los bomberos dentro, uno de ellos salió para enseñarle a Pedro el camión de bomberos. Había una avispa volando alrededor de nosotros y el bombero la espantó, con tan mala suerte que se posó en el cuello de Diego y le picó. Menos mal que los bomberos están preparados para todo y enseguida elaboraron un ungüento casero con bicarbonato y agua y se le pasó la hinchazón en un abrir y cerrar de ojos.

No puedo con el fuego. Le tengo pánico. Me asusté mucho y, a pesar de que intenté mantener la calma, no pude controlar ni mi cocina ni mis sentimientos. En realidad, tampoco fue para tanto; en unas horas ya lo había limpiado todo y quizás tengamos que reponer la campana. Es una pena que el miedo y los malos recuerdos no se repongan tan fácilmente.

sábado, febrero 23, 2008

Oscars 2008




Desde hace muchos años, en la noche de los Oscars, hago el gran esfuerzo de quedarme despierta (puesto que hay ocho horas de diferencia entre Tenerife y Los Ángeles) para poder disfrutar la ceremonia en vivo y en directo. La verdad es que siempre me cuesta y termino quedándome dormida con los premios rollazo (mejor guión adaptado, mejores efectos especiales, mejor corto documental...) para despertarme con el premio al mejor actor, director y película.


Pero este año, por tercera vez en la historia de mis Oscars, voy a poder disfrutar del glamour de Hollywood por la tarde/noche, a una hora decente y sin la Ana García Siñeriz o Angels Barceló traduciéndome mal, comentando tonterías y hablando justo cuando alguien va a decir algo interesante.


No he visto casi ninguna de las pelis este año ni he decidido quién es mi candidato favorito para los premios importantes. Y, en realidad, da igual, porque este año nadie me va a quitar mi alfombra roja a las 5 de la tarde y sin traducir.

lunes, febrero 18, 2008

Dulces







Acostumbrada a los bizcochos caseros, milhojas y petisús de la repostería española, nunca había tenido tanta curiosidad por hacer un dulce más anglosajón (aunque la tentación de probarlos todos sí...). Así que me aventuré el otro día a hacer un "pie" de moras y frutos del bosque al más estilo americano. Lo primero que me vino a la mente cuando vi la foto en el libro de cocina fueron los dibujos del oso Yogi y los pasteles que le robaba a los humanos que estaban haciendo un picnic en el parque nacional de "Jellystone" (que es una copia cómica del parque natural de Yellowstone http://www.yellowstonenationalpark.com/). Luego ya no me vinieron a la mente sino malos pensamientos puesto que Pedro quiso ayudar y llenó toda la cocina de harina y azucar.

Es curiosa lo distinta que es la repostería en este país. Distinta a lo que estamos acostumbrados, por supuesto, ya que todo sabe a gloria y engorda igual en California como en Canarias. Aquí usan mucha mantequilla para los dulces y casi todo tiene un sabor a canela que se aprecia tanto en el sabor como en el olor. Las almendras, el merengue y la crema pastelera, famosas en nuestra repostería, brillan por su ausencia y pocas cosas están bañadas en chocolate como en España. Más bien el chocolate lo ponen dentro de la masa (los llaman "chips". Sí, como las galletas Chips Ahoy) para que se derrita en tu boca cuando lo estés comiendo (sí, como los Maltesers) y la crema que usan se llama "custard" pero no se parece en nada a la nuestra. Hay mucha magdalena enorme, a la que llaman "muffin", y "brownies" por doquier. Por no hablar de los miles de tipos de galletas (y no María, precisamente) o el "peanut butter" (la crema de cacahuetes, casi un símbolo nacional) que lo ponen hasta en la sopa.

Otro día hablaré de lo difícil que es ponerse a dieta en este país pero no hoy, que sólo de pensar en lo bueno que salió el "pie" me dan ganas de probar a hacer unos "cinnamon muffins" (magdalenas de canela). Gigantes, claro.

lunes, febrero 11, 2008

De aquí y de allá







De mi amigo Berna (oh, Granada, qué tiempos aquellos...) y su gran blog http://ysidejodefumar.blogspot.com/ he copiado hoy la idea de hacer un potpourri de anécdotas y novedades.
Cumpleaños
Diego cumplió el jueves pasado dos años y celebramos su fiesta el viernes junto con su amigo Yeray (sí, hay más canarios en California), que cumple también dos hoy, precisamente. Fue una fiesta a la que sólo estaban invitados niños de su edad (y algún hermanito, claro), para que no hubiese ningún niño mayor que atropellara a los peques. Y fue en una sala común que tiene la urbanización donde vive la mami de Yeray y que está libre para que la alquile algún vecino cuando le apetezca celebrar algún evento sin tener que ensuciar su propia casa. Los niños lo pasaron muy bien, jugaron con varios juguetes que llevamos para todos y soplaron sus velitas con mucha gracia y aplausos.
Urgencias
No me puedo creer que hayan pasado ya dos años y que este pequeño terremoto se nos haga mayor. Es simpático, risueño, independiente pero tiene mucho genio y una actividad inacablable, Tanto así que ayer domingo salimos corriendo para urgencias, en pijama, a las ocho de la mañana. Y es que jugando, se cayó, se dio un golpe contra el mueble de la tele y se abrió una brecha que le sangraba son parar. Como Pedro siempre ha sido un niño muy calmado, éramos primerizos en cuestión de sangre y heridas, así que si no nos dio un ataque fue de milagro. Y en urgencias, como debe ser, nos hicieron esperar dos horas y media para coserle cuatro puntos a nuestro tsunami andante.
Yahoo!
En Yahoo! han despedido (laid off) hoy a muchos, muchos de sus trabajadores (no sé el número exacto pero sí sé que ha sido una pseudo masacre laboral) y Pedro se ha salvado. Aún así, han echado a dos compañeros y amigos suyos de la empresa que tenían los cuatro amigos y que compró Yahoo! hace dos años. Según me contó Pedro, las despedidas han sido como en las películas: llaman al trabajador a la oficina del jefe, sale con los ojos medio llorosos y, con una caja en la mano, se va a su mesa a recoger sus cosas y meterlas en la caja. Pedro se ha quedado muy triste y le dio mucha pena sentirse un poco aliviado y contento de que consideren que él es un trabajador necesario. No sé qué pasará de ahora en adelante pero creo que deberíamos de consultar precios de mudanzas internacionales, por si acaso...
Canarios conduciendo
Hoy fui, junto con una amiga y su hija pequeña, a visitar a otra amiga que vive a una hora y cuarenta minutos de aquí (de autopista pura y dura), al norte, en un pueblo que se llama Oakley (no Oakland). Salimos temprano y volvimos casi a las cuatro de la tarde para intentar no pillar la hora punta (que en este país es a las cinco de la tarde). Y cómo le cuesta a un canario conducir más de tres horas en total, sumando ida y vuelta. Llegué destrozada y desesperada por bajarme del coche a estirar las piernas y hacer ejercicios de cuello. Pero luego me puse a pensar que, en realidad, tampoco es para tanto, ¿no estuve yo yendo a Icod de los Vinos ida y vuelta durante tres años? Bueno, pero no es lo mismo porque en la autopista 680 de aquí no se ve El Teide.
Y eso es todo por hoy, amigos. Ah, y gracias, Berna, por tus inspiradores boletines informativos.






jueves, febrero 07, 2008

Demandas

El martes fuimos al cumpleaños de una amiguita de Pedro, Sofía, que se celebraba en un sitio muy chulo que se llama "Pump it Up" http://www.pumpitupparty.com/ y que tiene unos castillos y toboganes inflables para saltar y tirarse. Después de estar una hora y media saltando, pasas a una habitación muy mona en la que meriendas y comes pastel. Los padres lo pasamos bien porque vimos cómo los niños disfrutaban de lo lindo volviéndose locos de un lado para otro y sin parar.

Pero lo curioso del sitio es que, antes de que los niños puedan entrar a saltar, te hacen firmar un papel con una lista larga, larga, de las cosas que les pueden pasar a los niños y de las que ellos no se hacen responsables. Y es que en este país, el miedo a la demanda y a que una empresa tenga que pagar millones de dólares a un cliente accidentado es terrible. Por supuesto, firmé, asumiendo el riesgo de que si mi hijo se mata porque las colchonetas se desinflan y lo asfixian la culpa es mía por aceptar sus condiciones. Pues qué madre va a dejar a su hijo sin ir a la fiesta de cumpleaños, por mucha rabia que me de que la empresa se limpie las manos de toda responsabilidad.

Cuando volví a casa me puse a mirar en Internet para ver si realmente es justificado que me obliguen a firmar si quiero entrar en sitios así pero me distraje leyendo casos de demandas ridículas que, para colmo, ¡han ganado! Está el caso de una señora que demandó al perro guía de un ciego porque el ciego la pisó en un centro comercial o la secretaria que acusó a una compañía de ordenadores por no avisar de los daños (a los dedos) que produce el teclear. Un señor acusó a una compañía cervecera de no tener éxito con las mujeres después de tomar su cerveza. Y la chica que entró por la ventana de una discoteca para no pagar la entrada, se cayó, se rompió las paletas y ahora la discoteca ha tenido que pagarle $12,000 y el arreglo del dentista. Y mi favorito, un señor que demandó a un periódico porque en un cupón que había para recortar no avisaban de los peligros de cortarse con la tijeras mientras recortabas.

Cualquiera diría que estamos en un país de locos o de tontos pero nada más lejos de la realidad. Listos, muy listos estos americanos... Aunque, pensándolo bien, tampoco hay que irse muy lejos para ver cómo gente sin escrúpulos abusa de los demás para ganarse unas perrillas http://www.elmundo.es/elmundo/2008/01/25/espana/1201260257.html. Nada, que tengan cuidado la próxima vez que inviten a alguien a casa, por ejemplo, no sea que se tropiecen con algún juguete de sus hijos y les demanden por daños y perjuicios (que también ha pasado).