domingo, octubre 21, 2007

Corazón de mudanza


El viernes fue el gran día, el día que llevábamos esperando desde hace casi dos meses, el día en el que nos entregaron nuestras cosas. El camión de la mudanaza vino a las nueve de la mañana e, igual que se llevaron las cosas en Tenerife, las dejaron otra vez en su sitio. En realidad, no lo dejaron exactamente todo en su stio puesto que yo, por ejemplo, vacié las diez o doce cajas de la cocina y las coloqué en su sitio, Pedro vació las cajas de libros y los puso en las estanterías y entre los dos guardamos la ropa en los armarios. Ellos entraron todas las cajas, montaron los muebles y vaciaron la mayoría de las cajas de trastos. Se ofrecieron a colgarnos los cuadros pero ya estábamos tan cansados que sólo nos apetecía sacar nuestro gofio de contrabando y sentarnos a disfrutarlo. En realidad, fue una gran taza de café para sacar fuerzas y seguir adelante.


Para los niños fue como cuando vienen los Reyes: vieron sus juguetes y quisieron jugar con todos a la vez. De muchos no se acordaban así que sacaron todos de las cajas e hicieron un desastre pero casi no se notó porque el resto de la casa estaba igual de desordenada. Gracias a que, el domingo por la tarde, vinieron nuestros amigos, Susana y Vihn, nos pusieron a todos firmes y en unas horas estaba esto como los chorros del oro.


Estamos en esta casa nueva y, aunque son nuestros muebles, vajilla, sábanas, etc. tiene que pasar un tiempo todavía para poder saber sin pensar dónde está el cortauñas o cómo funciona el grill del horno. Como no estamos acostumbrados, se nos olvida regar el jardín y tropezamos con la puerta del armario del baño, que no se mantiene abierta. De hecho, hay cosas que no sabíamos de la casa, como que tiene calefacción. La primera noche que pasamos en ella hizo tanto frío, que descubrir este pequeño detalle ha sido como una revelación divina.


Ahora sólo falta que venga la gente a visitarnos, a conocer nuestra acogedora casa y a dormir en nuestro comodísimo colchón hinchable del "family room", la habitación de juegos de los niños. Y, por favor, el primero que venga que traiga café, que de eso sí tenemos mono...

2 comentarios:

Susana dijo...

Nosotros cafe, no, pero arroz con leche, todo el que querais.
Nos vemos pronto en la humilde morada.

Conchita dijo...

No me hables, todasvía me acuerdo la salida de Luis de La Cruz y que pusieron todas las cajas en la cocina y no la pudimos utilizar en tres días...