domingo, julio 27, 2008

Olor a lugar


Cada vez que vuelvo a Estados Unidos me sorprende su olor. Estados Unidos huele a Estados Unidos y es un olor propio e inconfundible. Es una mezcla de olor a aire acondicionado y moqueta, a veces (y depende del sitio en el que estés) con un toque de plástico nuevo, otras con un leve olor a madera maciza pero un poco vieja. Siempre lo noto cuando bajo del avión pero se vuelve más intenso cuando camino dentro del aeropuerto hacia la recogida de equipaje. Luego, durante los primeros días lo huelo en todas partes (en las librerías, el supermercado, el vídeo club e incluso en mi propia casa...) hasta que mi nariz se acostumbra y ya no lo huelo más hasta que salgo del país y vuelvo a entrar pasado un tiempo.


En algunas franquicias americanas en España a veces me viene un soplo de este olor tan particular. Si estoy con Pedro, siempre digo, "Huele a Estados Unidos." y él lo nota también. A veces él lo huele antes que yo pero el caso es que este olor es tan inconfundible que salta a la vista. O al olfato, más bien.


Pedro dice que cada país tiene un olor distinto y particular. Es más, va más allá y asegura que cada ciudad o lugar tiene su olor propio. Madrid huele a Madrid igual que Las Palmas huele a Las Palmas. Ahora que lo pienso, puede que tenga razón. Santa Cruz de Tenerife huele a refinería y a verde de la rambla. Y Las Palmas huele a casa y a humedad. O el sur de las islas, que me huele distinto a la capital porque es césped de bungalow recién regado y arena mojada. Si vamos más allá, se podría incluso afirmar que cada lugar cambia su aroma con cada estación y, por lo tanto, Las Palmas no huele igual con la lluvia de invierno o con la sal de la playa de Las Canteras en verano.



Ya llevamos de vuelta un fin de semana y se está disipando el olor a EEUU. Ya no huelo nada. En mi recuerdo, no obstante, sigue ese olor tan propio de este lugar y de muchos otros que hasta dentro de un año no podré volver a notar.

domingo, julio 13, 2008

Descuido




El diccionario de la RAE define la palabra descuido como omisión o negligencia. También encontramos una segunda definición: olvido o inadvertencia. Quizás también podría significar desatención, falta de aplicación. En definitiva, falta de cuidado.


La semana pasada en Logroño, una niña de cuatro años se cayó desde la ventana de un cuarto piso, cuando se estaba asomando, y murió. En la radio, cuando daban la noticia, decían que había sido por descuido de la madre. Una madre negligente, que no tuvo cuidado o desatendía a su hija y se olvidó de ella.


En realidad, sucedió que la niña se cayó porque no había nadie que en ese momento la estuviera vigilando pero no me parece justo o acertado el uso de la palabra "descuido". Me parece injusto porque sé, por propia experiencia, que lo más probable es que la madre no estuviera desatendiendo a su hija a propósito o que fuera una negligencia y falta de aplicación, como da a entender la palabara "descuido". Seguramente, la madre estaba en la cocina cocinando, limpiando o ambas cosas a la vez. Mientras, estaría la lavadora puesta y los platos recién fregados. Tal vez ella estuviera pensando, mientras picaba una cebolla, en la pila de ropa que tenía para planchar y a ver si había algo limpio o planchado para poder vestirse para ir a trabajar. Y, además de todo esto, estaría preguntándose en qué se estaría entreteniendo la niña para estar tan callada.


A pesar de que mantenemos un ojo en la cocina y otro en los hijos, es difícil estar atentos a ellos el 100% de nuestro tiempo. Para poder vigilarlos como quiséramos, tendríamos que estar atados a ellos todo el día y toda la noche. Tendríamos que tener todas las ventanas cerradas, todos los enchufes tapados, las llaves de las habitaciones quitadas. Es más, si me pongo a pensar en lo que les ha pasado a hijos de amigos míos, quitaríamos las puertas para que no se pillaran un dedo, vaciaríamos las piscinas o pararíamos las escaleras mecánicas para que no les arrancaran los deditos. No habría coches que los pudieran atropellar o árboles de los que se pudieran caer...


Hoy he sabido que la madre de la niña que se cayó no estaba en casa cuando sucedió. Después de todo, sí que parece que fue un descuido.