sábado, marzo 22, 2008

Huevos de Pascua



Ayer viernes hicimos algo muy tradicional en este país, que es esconder huevos en un jardín o parque para que los niños los encuentren. Se llama "Easter Egg Hunt" y lo hacen todos los niños de este país el fin de semana antes de Pascua, "Easter". Los huevos que se venden son de plástico, los abres a la mitad y le puedes meter lo que tú quieras, o bien caramelos, chocolate o alguna golosina o monedas, pegatinas y hasta tonterías de plástico tipo anillos, gomas de borrar, etc. A gusto de la madre consumidora, vaya.

Antes que nada, debo explicar que todos los viernes nos juntamos con un grupo de madres españolas (algunos padres que quieren venir también, aunque no todos son españoles) y con sus niños. Somos un grupo de casi unas doce madres y sus respectivos hijos (que suman casi 25 niños de edades que van desde los pocos meses hasta los seis años) cuyo objeto de reunión es que los niños se junten, jueguen y, de ese modo, no pierdan el español, que es su lengua materna. Durante este invierno hemos hecho muchas actividades juntos, como salir en Halloween a pedir caramelos, reunirnos a pintar cerámica, jugar a los bolos... y, ahora que se acerca el buen tiempo, quedaremos en algún parque para que los niños se aireen y se entrenen para corretear todo el verano (la mayoría se va para España, a pasar las vacaciones en familia).

Bien, pues con ellos y otro viernes más, nos juntamos en un parque para, primero, pintar/tintar huevos cocidos, que es tradición también. Y mientras los niños pintaban alegremente o se peleaban por los colores y por los huevos más grandes, algunas madres se dedicaban a esconder cientos de huevos por todo el parque: debajo de los arbustos, en los huecos o ramas bajas de los árboles o debajo de piedras pequeñas. En todas, todas partes. Luego, cuando las mamis terminaron de esconderlos, los niños se prepararon cada uno con su cestita de pascua y dimos el pistoletazo de salida. Salieron disparados a encontrar huevos y el griterío de emoción y alegría es difícil de explicar. Luego vino la segunda parte de la emoción, que es sentarse a abrir los huevos y ver qué sorpresa tienen dentro. La tercera parte: el subidón de azucar que les dio de comerse todas las chuches de los huevos. Menos mal que estábamos en un parque y pudieron desfogar dando vueltas de un lado para otro.

Lo pasamos muy, muy bien porque era algo que sabíamos que se hacía pero que no habíamos hecho nunca porque la primera vez que vinimos a EEUU no teníamos hijos. Sacamos muchas fotos pero fue difícil pillar a todos buscando ¡porque había huevos en todas las direcciones! Además, yo no pude llevar cámara porque estamos esperando que nos llegue la nueva (una increíble Canon G9) que hemos pedido por Amazon; mi regalo de cumpleaños. Así que, por hoy, se van a tener que conformar con imaginarse a veinticinco niños desconocidos corriendo por un parque en busca de huevos o disfrutar de esta foto de niños desconocidos corriendo por un parque en busca de huevos.

2 comentarios:

Susana dijo...

Qué miedo que me dan los niños con subidones de azúcar. El día después de Halloween, si coincide que hay clase, me los como yo con patatas en su estado más cerril. Pero tiene que haber sido una chulada verles a todos tan contentos con sus huevos de pascua... igual en el futuro me sumo a las 12 madres, aunque preferiría no ser la madre número 13...

Maite dijo...

Jajaja, somos más de doce pero por no ponerme a contar hice un "estimate". Y seguro que Sara se lo pasará genial, con subidón y todo.