lunes, enero 07, 2008

De Oriente a California


Dice el diccionario de la RAE que las tradiciones son las doctrinas, ritos y costumbres conservadas en un pueblo y que se trasmiten de generación en generación, de padres a hijos. Y, aunque estemos en otro pueblo que no sea el nuestro, no debemos, ni como padres ni como parte de nuestro pueblo, ignorar la costumbre de celebrar la llegada de los Reyes Magos el 5 de enero por la noche. Que tienen que venir los Reyes, vaya. Aunque estemos en California.


Así que el sábado por la noche, como el resto de España (en realidad, ocho horas más tarde que el resto del país), colocamos nuestro zapato debajo del árbol, le pusimos agua a los camellos, unos polvorones al los hambrientos Reyes y nos fuimos a la cama con más ilusión que nunca. Y, a pesar de que Papá Noel (Santa, como dicen aquí) fue la estrella de esta Navidades, Melchor, Gaspar y Baltasar pusieron su granito de arena español. Hubo unos regalitos para los niños (para los mayores no; no está el horno para bollos) y mucha alegría porque ¡los camellos se bebieron el agua que les servimos!


El domingo por la tarde, a las cuatro, nos reunimos con la Asociación de Españoles de Silicon Valley (AESV) y para deleite de los niños los tres Reyes Magos hicieron una aparición sorpresa pero estelar en un local que alquiló dicha asociación en la Universidad de Stanford. Trajeron sacos de regalos (que los papis compraron, por supuesto) y los repartieron entre todos los niños presentes. Luego bebimos chocolate caliente y comimos roscón de Reyes, elaborado en bastantes panaderías mejicanas.


Fue un fin de semana bonito, muy casero y cotidiano de las fiestas navideñas y, si no fuera porque no estaba en casa de mis padres en Las Palmas, jamás me hubiese dado cuenta de que estaba en un país que no festeja la llegada de los Reyes Magos a ver al niño. Y mis hijos nunca podrán decir que sus padres los americanizaron puesto que, siempre, todos los 5 de enero, vendrán los Reyes a verlos a ellos.

2 comentarios:

alicia dijo...

La cara de pedro jr es todo un poema en la foto... no sabe si reir o echarse a correr. Lo que me llama la atención es el rey Baltasar pintado de negro en ese país... que se supone que no hay que ir muy lejos para encontrar Baltasares en todas las esquinas...
Otra cosa era cuando yo era pequeña. Entonces Baltasar desfilaba en la cabalgata rezumando betún mientras lanzaba caramelos de a perra chica contra los niños... pero es que para encontrar un negrito había que irse a las Indias en una caravana en aquel entonces... De verdad que me recuerda a mis cabalgatas y a mis preguntas de entonces: 'Mamá, el negro está pintado!'... y mi madre buscando una explicación que yo terminaba de dar por buena para no aguarme la fiesta. Besos

Maite dijo...

No eres la única persona que me ha comentado eso mismo. Además, ¡Baltasar era una chica! Con lo cual, ya te puedes imaginar las preguntas de Pedro... Más o menos como tú de chica.