viernes, noviembre 02, 2007

¡Viva Halloween!


Los niños disfrutaron tanto de su primera noche de Halloween que creo que será imposible olvidarla. Aunque hubo demasiadas golosinas y pasamos un frío de muerte (nunca mejor utilizado para esta noche fantasmagórica), lo vivimos como lo viven todos aquí, con disfraces, dulces y emoción.

Fue un día muy largo porque empezó temprano con llevar a Pedro al preschool, donde tenía un desfile de disfraces. Luego, a media mañana, lo recogí de su escuela y nos fuimos a la fiesta de Halloween en Yahoo! (Yaboo!, como ponía en los carteles…). Allí, unimos a los niños a otro desfile de disfraces y por participar nos dieron dos almuerzos gratuítos, así que comimos con Pedro allí. A media tarde, nos fuimos a un sitio de tiendas al aire libre que se llama Market Place y allí, si entrabas disfrazado en la tienda, te daban publicidad y unas golosinas. Y, al final, sobre las 6.30 nos fuimos a casa de Rosa, una maestra que conocimos aquí la primera vez que vinimos, e hicimos Trick or Treat (es la frase que tienen que decir los niños cuando les abren la puerta y quieren que les den caramelos; lo traducen, a veces, como "truco o trato") por las casas con los niños de las otras madres españolas. Los niños lo pasaron genial, eran unos seis en el grupo y llenaron sus cubitos en forma de calabaza de todo tipo de chucherías: chocolatinas, pastillas de goma, chupa chups, chicles…


Fue monísimo verlos con sus disfraces (Pedro de vaquero y Diego de bombero) y porque Pedro gritaba todo el rato en inglés (sí, como oyen), “Come on, everyone, let’s go here!”, corría nervioso de un porche a otro sin saber en qué casa tocar el timbre y miraba su cubito lleno de golosinas e intentando decidir cuál se comía. Diego, por otro lado, subía los escalones de los porches de las casas muy despacito, cuando todos ya bajaban, era el último en pedir y se iba comiendo sus caramelos sobre la marcha (y aunque no decía “Trick or Treat”, sí decía “keku”, que es "Thank you" a su manera).


Fue increíble, tanto así que cuando llegamos, los bañamos, cenaron y a la cama, nosotros nos tumbamos en el sofá y nos quedamos dormidos ¡a las diez de la noche! Disfrutamos tanto o más que los niños y si el año que viene lo pasamos igual que este... ¡viva Halloween!

1 comentario:

Conchita dijo...

Me parece verlos a los dos. Son experiencias maravillosas. Yo era un poco mayor que Pedro cuando volvimos a N.Y. la primera vez y lo que recuerdo es el cole, los "Parades" Halloween, la tele (en España no había) cuando mi padre me al rodeo para ver a Roy Rogers...y sobre todo la nieve.