Han pasado ya dos semanas desde que empezamos el cole (¡y desde que escribo la última entrada, no puede ser!) y creo poder afirmar que he sobrevivido. Los ojos de mis pequeños alumnos han visto a una maestra dulce, con una sonrisa siempre en la cara. Han visto a una maestra que les explica las normas de la clase, que los ha puesto a trabajar enseguida, mientras ellos protestan y afilan sus lápices, y que está para enseñar, contestar dudas y ayudar a los trabajadores más lentos.
Los que realmente conocen a la maestra, por otro lado, han visto a una mujer insegura, que se moría de nervios por saber si iba a gustarle a los chicos o no y que se muerde los dedos pensando en que el director puede entrar por sopresa en la clase y no gustarle lo que ve. Una maestra con ojeras, que apenas ha dormido estas dos últimas semanas por tener en la cabeza mil cosas que hacer, fotocopias que sacar y temas que repasar (no sea que los chicos pregunten algo que ella no recuerde ni sepa explicar...).
Pero al final todo parece que ha salido adelante y ahora, pasado el miedo inicial, pienso que igual exagero y no tiene por qué ser tan difícil. Hay muchas cosas que hacer y temas que trabajar: esta semana en matemáticas trabajaremos el redondeo, en lectura veremos la fantasía, con vocabulario específico del tema, en sociales veremos las cuatro regiones del estado de California (montaña, costa, valle y desierto), iremos a la biblioteca a sacar nuestro libro de la semana y empezaremos a aprender a escribir en cursiva (aquí es al revés que en España). Será duro pero supongo que si tanto los alumnos como la maestra han sobrevivido las dos primeras semanas, entonces podremos llegar a final de curso. Además, pienso que nos espera un gran, gran curso.
Los que realmente conocen a la maestra, por otro lado, han visto a una mujer insegura, que se moría de nervios por saber si iba a gustarle a los chicos o no y que se muerde los dedos pensando en que el director puede entrar por sopresa en la clase y no gustarle lo que ve. Una maestra con ojeras, que apenas ha dormido estas dos últimas semanas por tener en la cabeza mil cosas que hacer, fotocopias que sacar y temas que repasar (no sea que los chicos pregunten algo que ella no recuerde ni sepa explicar...).
Pero al final todo parece que ha salido adelante y ahora, pasado el miedo inicial, pienso que igual exagero y no tiene por qué ser tan difícil. Hay muchas cosas que hacer y temas que trabajar: esta semana en matemáticas trabajaremos el redondeo, en lectura veremos la fantasía, con vocabulario específico del tema, en sociales veremos las cuatro regiones del estado de California (montaña, costa, valle y desierto), iremos a la biblioteca a sacar nuestro libro de la semana y empezaremos a aprender a escribir en cursiva (aquí es al revés que en España). Será duro pero supongo que si tanto los alumnos como la maestra han sobrevivido las dos primeras semanas, entonces podremos llegar a final de curso. Además, pienso que nos espera un gran, gran curso.