jueves, abril 17, 2008

De vuelta de Madrid


Mi pobre, pobre blog. Lo he tenido olvidado unas semanas y es que he hecho un viaje relámpago a Madrid, para "pedir" trabajo en el MEC y, de paso, a ver a mi padre. Y, claro, no se me ocurrió llevarme el portátil y en los vuelos de ida y vuelta (ambos de once horas de duración) me tiraba de los pelos de rabia por no haberlo pensado y me ponía verde de envidia al ver a los ejecutivos con lo suyos en la mesa plegable. Por no hablar del trauma de estar cinco días sin poder casi consultar mi correo electrónico.

Eso me ha hecho pensar en lo colgados que estamos de la tecnología informática. No podemos vivir sin internet, sin leer nuestro correo electrónico o algún diario digital. Nos impacientamos por recibir fotos de la familia o de los hijos de amigos cuando hace unos años no nos trastornaba tener que esperar una semana entera para que se revelaran las fotos de algún cumpleaños o asadero/chuletada.

Claro que no me extraña que seamos tan adictos. Gracias a la maravilla que es internet, los abuelos en las islas y mi tía de 81 años (que también maneja el ordenador perfectamente) pueden ver a los niños a través de la cámara web cuando se les antoja, puedo mantener una conversación en tiempo real con mis hermanos y cuñadas, que están a miles de kilómetros de distancia, y las cartas llegan instantáneamente al destinatario y puedo polemizar de política con mis amigos, mensaje tras mensaje durante todo un día. ¡Ah, y he podido ver la ecografía del bebé de una amiga colgada en You Tube!

Recuerdo que hace dos años, si no me equivoco, hubo una tormenta en Tenerife que nos dejó sin luz unos tres días, más o menos. Tuvimos que cocinar con un camping gas, nos quedamos sin televisión y hasta el teléfono estaba averiado. Pero nada nos dolió más, ahora que lo recuerdo, que quedarnos sin internet durante lo que, sin duda, nos pareció una eternidad.

2 comentarios:

alicia dijo...

Thank God you're back! ¿Qué tal te fue? Saludos

Susana dijo...

Condenada y bendita tecnología... Y yo que voy a tener que aparcar el uso del ordenador al menos dos horas antes de dormir para que no interfiera con las ondas alfa de mi cerebro y así poder dormir... En serio, recomendación del doctor a fecha de hoy. Mi pobre blog sí que va a echar telarañas.