sábado, mayo 24, 2008

Entre mariachis y celebrando nuestro aniversario de boda, me despido de California por unos meses. A pesar de que me muero de ganas de llegar a Canarias y ver a mi familia y amigos, me voy con el corazoncito partido porque Pedro se queda atrás un mes y medio. Él no tiene sino dos semanas de vacaciones y, como quiere ir a una boda el día 12 de julio, no le queda más remedio que unirse en la etapa final de nuestras vacaciones, con la única ventaja de que volvemos todos juntos para California y no me toca viajar sola con los niños como a la ida (¡¡madre mía, qué locura!!).

No sólo eso, va a ser raro estar en España y, de repente, poder conocer a Carla, coger a Jorge en brazos o hablar con Pedro por la webcam. Y más raro aún saber que las cosas siguen pasando aquí mientras yo esté en Las Palmas o Santa Cruz. Seguirá subiendo la gasolina (¡llenar el tanque cuesta $75!). Las primarias anuncian a Barak Obama casi como el candidato demócrata al mismo tiempo que George Bush regala dólares (que, pensándolo bien, podríamos guardar para pagar la gasolina) con la devolución de impuestos. Saber que la vida sigue, por ejemplo, y que mi amiga Susana pronto dará a luz o que al volver me espera la firma de un contrato de trabajo en una escuela elemental en San José.

Vaya, sabía que tarde o temprano, esto iba a ocurrir. Querer estar en dos sitios a la vez, dejar emociones y sentimientos aparcados en un lugar para vivir más e igual de buenos momentos en otro lugar, querer estar en Canarias y luego, una vez allí, querer volver a California... Ahora que pienso en todo esto, caigo en la cuenta de lo que soy: una emigrante canaria en California.

domingo, mayo 11, 2008

Baby Shower




Este domingo una amiga y yo le organizamos a nuestra amiga Susana una "baby shower", que es un evento muy típico americano para las embarazadas. Se trata de una fiesta en la que se reúnen sólo las mujeres amigas o familiares de la embarazada y se celebra el hecho de que va a nacer el bebé. Por supuesto, y como en toda fiesta americana, hay comida (en esta shower todas trajimos algo para picar, a eso se le llama "potluck") y regalos por doquier. Regalos para el bebé, claro (casi una ajuar completo de todo lo que va a necesitar cuando nazca) y alguna que otra cosita para la mami.

Después de picar algo, charlar acerca de las experiencias de algunas mamis primerizas y no tan primerizas y, de este modo, poder asustar a Susana por lo que se le avecina, jugamos a algunos juegos, también típicos de las baby showers http://www.plan-the-perfect-baby-shower.com/juegos-de-baby-shower.html. En este caso, organizamos unos bolos con biberones, una carrera contrareloj de cambio completo de bebé y, finalmente, jugamos al juego de las sillas musicales pero con un pañal manchado de algo del color de la caca pero que, en realidad, era chocolate derretido en el microondas. Hay muchos juegos más, pero en tan pocas horas y con tantas muejeres sólo dio tiempo para tres.

Y finalmente, Susana abrió todos sus regalos. Previamente, ella había creado algo así como una lista de bodas pero para bebés en una tienda que no vamos a nombrar por no dar publicidad (pero que era Babies 'R Us) y todas las asistentes habíamos ido a la tienda a elegir/comprar un regalo de esa lista. Total, que ella sabía lo que le iban a regalar pero le hizo ilusión igualmente. Para terminar, como buena shower que se precie, Susana había preparado recuerditos para las chicas y nos fuimos a casa con un paquetito muy mono que contenía (en este caso) unas semillas dentro de un sobre que ponía "Love grows" (El amor crece).

Y así acabó la fiesta. Realmente, para las españolas, esta tradición no es nada común y puede parecer hasta un poco cursi, si lo piensas fríamente. Pero igual de cursi puede resultar también una boda, un bautizo, una despedida de soltera... En realidad, cada cultura celebra su expresión de felicidad de distintas maneras. En este caso, Susana está radiante con su embarazo y el nacimiento de la pequeña Sara y así fue como elegimos celebrarlo, muy a la americana.

jueves, mayo 01, 2008

Comida basura


Hace tiempo que quiero escribir acerca de la oferta culinaria de este país y de los hábitos alimenticios de los americanos, aunque, para ser sinceros, no les voy a contar nada que ustedes no sepan ya. Lo que ocurre es que, aunque ya sepas que en este país se come mal, hasta que no llegas aquí y ves a las personas más gordas del mundo, no caes en la cuenta de que el problema es más grave de lo que uno imagina.

Antes de vivir aquí, pensaba, como mucha gente, que los americanos comían mal porque sólo había restaurantes de comida basura o porque sólo comían comida basura (junk food). Evidentemente, hay más restaurantes aparte de los de comida rápida y la oferta es tan variada que, muchas veces, uno no sabe qué elegir: vegetariano, hindú, tailandés, vietnamita, chino, japonés/sushi, mejicano y texmex, italiano, fusión asiática, griego, barbacoa coreana... Hay hasta tres restarauntes de comida española en San Francsico que no están mal (un buen recurso si tienes añoranza de croquetas, chorizo o gambas al ajillo). También los restaurantes al estilo "diner", de hamburguesas caseras, chuletones de la mejor carne y todo tipo de "pies" suelen tener bastante éxito. Y es que, claro, con tanta oferta no me extraña que a la gente le guste salir a comer.

Si a tanta oferta (aparte de la de comida rápida) le unimos el hecho de que la mayoría de los americanos almuerza fuera de casa, en alguno de estos sitios, y que además, el americano medio conduce a todas partes (puesto que las distancias son tan largas entre punto y punto) nos encontramos conque esta gente no come casi comida casera ni hace ejercicio. Y si, además, el supermercado está repleto de cosas de picar para cuando ves la tele, una Bic Mac tiene 560 calorías o en Starbucks te sirven un café que parece una mezcla de Paladín a la taza con nata montada, caramelo y pepitas de chocolate, llevar una vida sana parece prácticamente imposible.

Estoy generalizando, claro, pero sí es cierto que la obesidad y, en particular, la obesidad infantil y adolescente se está conviertiendo en una problema a nivel nacional. Un veterinario me comentó un día que hasta los gatos americanos son obesos. Y no sé qué solución le pueden buscar al problema; yo a veces pienso que la solución está en cambiar los horarios de comida y sustituir la comida basura por una buena ensalada con aceite de oliva y un pescadito a la plancha con ajito y perejil. Total, que coman como los españoles, vaya. Claro que luego querrán tomarse una cervecita, unas aceitunas y unas tapas mientras ven la NFL y estaríamos donde empezamos...