jueves, julio 19, 2007

Hace un par de días, oí decir a un señor en la radio que, antiguamente, la gente rica era gorda porque comía muy bien y la gente pobre era muy flaca porque no tenía qué comer. Hasta ahí, ninguna novedad; me vienen a la mente imágenes de castillos llenos de faisanes asados, cornucopias de fruta y vino, mucho vino, mientras que al otro lado del pueblo unos campesinos hacen sopa de piedras. Lo que me llamó la atención fue lo que dijo después. Decía que era curioso ver como hoy en día, en Estados Unidos, la gente pobre era muy gorda y los ricos muy delgados. Efectivamente, tiene mucha razón este señor; me vienen a la mente imágenes de McMenús a $6,95, pizzas congeladas a $3,00 y Coca Cola, mucha Coca Cola. Mientras, los que pueden y tienen dinero, compran pollo sin hormonas, comen ensaladas orgánicas y beben cantidades ingentes de Evian. Entonces, pensando, pensando, he llegado a la conclusión de que nosotros debemos de ser de clase media porque, ¿quién no se comería, ahora mismo, una Big Mac con un buen vaso de Solán de Cabras?

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