El cuarto jueves de noviembre se celebra el día de Acción de Gracias (Thanksgiving). La historia cuenta que 102 hombres, mujeres y niños ("pilgrims", no puritanos) salieron de Inglaterra para subirse al Mayflower rumbo al nuevo mundo, donde buscaban libertad religiosa. El viaje fue duro así como el primer invierno en Plymouth, Massachusetts, donde establecieron su colonia. Murieron muchos en el camino y muchos otros no lograron superar el duro invierno y la escasa comida. Dice la historia que, pasados unos meses, los puritanos conocieron al indio Squanto y su tribu, que les enseñaron a pescar, cazar y plantar maíz. Con su ayuda, los "pilgrims" salieron adelante y, tras recoger la primera cosecha, decidieron celebrar el éxito con una gran fiesta para dar las gracias a dios y a los indios por sus bienes. (Cosa que ahora resulta bastante irónica porque más adelante en la historia, los americanos se cargaron a la mitad de los indios del país...).
Hasta hoy se sigue celebrando esta fiesta/almuerzo/cena y tiene más importancia incluso que la nochebuena. La mayoría de las familias hace el esfuerzo por reunirse en esta fecha más que en navidad y los aeropuertos y carreteras se colapsan como si fuera una operación salida para un puente largo en España.
Una vez reunidos, se come pavo relleno (al relleno se le llama "stuffing" y puede ser de pan, carne o lo que a uno se le ocurra) con salsa de arándanos, papas en cualquier forma o estilo (pero casi siempre puré de papas), maíz, batata o boniato y pastel de manzana y/o de calabaza. En resumen, una representación de toda la comida que disfrutaron los pilgrims y los indios en la primera celebración de Acción de Gracias.
Nosotros vamos a intentar integrarnos en la cultura americana y hemos querido celebrar Acción de Gracias a nuestra manera. Hoy nos reunimos con varias parejas de amigos para intentar imitar esta tradición a ver cómo sale. Más que nada, es una excusa para reunirnos con otros españoles así que, entre el pavo y el maíz, seguro habrá una buena sangría.